Cristian Abaca: batería, percusión, teclados y sintetizadores.
Martín Piccioni: bajo en tema 3.
Gaspar Fernández: guitarra en tema 5.
Martín Arias: guitarras en temas 2 y 6.
Eduardo Vignoli: bajo en temas 4 y 5.
Manuel Schillagi: bajo en tema 2 y teclados en tema 6.
Manuela Suárez: voz en tema 2.
Andrés Ruíz: teclados en tema 1.
Producido por Cristian Abaca
Grabado en Estudios Wasabi.
Ingeniero de grabacion, mezcla y masterización: Eduardo Vignoli.
Diseño de tapa: Verónica Ferriol.
Editado por Planeta X Discos. 2014
Todos los temas compuestos por Alpha Centauri.
Letra tema 2: Cristian Abaca.
"¿Qué dijo el baterista en el ensayo?, ahora hagamos mis temas", es uno de los chistes que solía contar un afamado batero rosarino sobre la supuesta incapacidad compositiva de aquellos que ejecutan instrumentos de percusión. Idea producto de la preeminencia de la pareja melodía-armonía sobre su análoga timbre-percusión. Una de las tantas versiones de la colonización ideológica europea, que en tiempos pasados se usó para descalificar a la música africana ancestral y aún hoy se utiliza para negar a la electrónica de pulso bailable como género musical elevado.
En el transcurso de septiembre y noviembre de 2014, Rosario se convirtió en el epicentro de la refutación positiva al ataque a la legitimidad de los bateristas como músicos, de la mano de los flamantes lanzamientos discográficos de tres aporreadores de parches. El primero de ellos fue En las afirmaciones (y sus efectos), segundo disco de Oscar Favre, al que le sucedieron Canta Litoral, ópera prima de Korbn Dallas, seudónimo de Juan Pablo Vilches y Walk into light, tercer disco de Alpha Centauri, proyecto coordinado por Cristian Abaca.
Walk into light podría ser enmarcado dentro del subgénero del krautrock (escena de rock experimental surgida en Alemania Occidental a fines de los años 60) llamada Escuela de Berlín, que a diferencia de su contracorriente, la Escuela de Düsseldorf, caracterizada por el énfasis en las estructuras rítmicas, tiene preeminencia del uso de sinfónicos arreglos de teclado a modo de colchones texturales, un antecesor directo del ambient.
El disco está compuesto por cinco canciones que rondan los tres minutos de duración y una que supera los veinte. Las únicas voces que pueden escucharse en Walk into light tienen lugar en la canción Exégesis, que cuenta con un recitado en inglés a cargo de la poetisa rosarina Manuela Suárez. El regodeo con el rock es igual de discreto, el solo de guitarra de Existence compensa la sutileza con la que ésta participa del resto del disco, algo similar a lo que sucede con los patrones rítmicos, mecánicos y repetitivos en la mayoría de las veces. El lugar de encuentro de la intermitencia con la que participan algunos elementos compositivos se da a través de los teclados, los cuales a aveces remiten al dramatismo de Tangerine Dream y otras a la simpleza cuasi naive de Cluster.
Alpha Centauri es un grupo que tiene tantos discos editados como recitales y Walk into light es un disco retrospectivo que justifica su lanzamiento con grandes composiciones, motivos más que suficientes para estar atentos a su pronta presentación.
Texto: Aníbal Pérez